Hoy en el Metro.

Publiqué esto en facebook hace unas cuatro horas. Como fue una historia muy bonita que presencié, me animo a compartirlo, desempolvando un chin este viejo blog.


Estaba un poco molesta. Y HACE UNA HORA,
cuando me bajé del Metro para cambiar de línea, noté que el muchacho de la cola y la chica del summer dress y las ankle boots marrones se conocían. Se saludaron con mucho entusiasmo y caminaron juntos hacia el cruce de estaciones.
Yo entré primero al tren y me senté. Ellos se montaron en el mismo vagón que yo, pero por puertas diferentes y cada quién se quedó en su esquina. Durante las siguientes estaciones, noté su interacción, casi imperceptible. Vi cómo ella se hacía la que leía los letreros interiores del vehículo, mientras él "miraba su violín". En una cruzaron miradas y ella le sacó la lengua y "envizcó" los ojos. Sonrieron.
En su "lectura", ella lo miró casi accidentalmente. Al notar que él no miraba, lo evaluó completo, de arriba a abajo y de nuevo hasta su cara. Volteó la mirada y él la miró a ella, mientras se hacía la distraída.
Yo era la única que podía ver cómo en el silencio, cada uno casi le rogaba al otro que fuera hasta su lado.
Cuando llegamos a la Casandra, él se armó de valor y la siguió hasta su puerta. Salieron juntos, forzándose a no sonreír y caminaron hasta que los perdí de vista, mientras él no la miraba y ella tocaba su maraca de huevito.

Ellos no me vieron mirar. No tienen idea de cómo disfruté su atracción silente, su *crush casi accidental. Pero cuando me bajé del Metro, noté que yo también sonreía. Sin saberlo, me habían alegrado la noche. :)

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