Para Renny

Renny:No que esta entrada se parezca a ti ni que me recuerde algo en específico. Sucede sólo que al considerar publicar este doodle, por alguna razón pensé en ti y bueno, ya que no tenía nombre, aquí te lo dedico. Quizás cuando ya sepa escribir, también haga algo, pensando en ti. :)
–Ansel.




Todas las tardes comían juntos; todas las tardes tomaban café. Luego cada uno seguía con su vida. Él decía que la amaba, por "el misterio infinito que encerraba su existencia".
Cada día más, ella temía mostrarse vulnerable y humana.

Una tarde, después de comer, ella se descubrió expuesta. Mirándolo a los ojos, ya no descubrió en ellos ese haz de luz. No encontraba en su mirada el deseo de contemplación; esa admiración cegadora que causa la irradiación un ser considerado etéreo. 
En cinco breves segundos, recordó cuánto habían reído, cómo habían llorado juntos ese sábado. Calculó que ya nada quedaba oculto. Evaluando brevemente cada instante, entendió cómo no habían más misterios entre ambos... y viendo su rostro, le sonrió con la tristeza de saberlo perdido.

Él la miró casi sorprendido, pero le devolvió la misma sonrisa interrogante. "Por favor, –le dijo tomándola de la mano– quedémonos hoy hasta la cena". 

Estando los dos ahí, expuestos, abiertos y vulnerables, ella lo miró nuevamente. El destello de luz se había convertido en la mirada de ternura; los fuegos artificiales de su rostro, fueron remplazados por la seguridad de lo conocido. 

Abandonando el estoicismo, ella se recostó del sillón. Humana y mortal, decidió quitarse los zapatos. Por primera vez, perdida en su mirada, se sintió en casa. Por primera vez, a pesar de hallarse conocida en sus defectos, o quizás a propósito de ello, ella se supo amada.

Comentarios

  1. "humana y mortal". Nada más humano que eso.

    ¡Muy bien, Ansel!

    El desgarramiento inicial, la fatalidad que le sucede y el hilo de esperanza con el que culmina hacen esta historia interesante y atractiva.

    Me gustó la forma en que describes las emociones, una cierta sutileza que llama a la observación del lenguaje corporal entre dos personas que por lo general dice más que las palabras.

    Y es que lo que más me cautiva del texto es la misma sutileza descriptiva propia del lenguaje corporal. Eso hace de esta corta historia una habitación inmensa abierta a la imaginación.

    Th.

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    Respuestas
    1. Thiaggo,
      uno dice que el arte es una forma de expresión, y sí lo es, pero la finalidad del arte no es "expresar", sino sentirse entendido. Creo que compartir, más que expresar, es el fin último que persigue todo aquel que garabatea por la vida.
      El hecho de que hayas sentido algo, lo que sea, al leer mis garabatos, me hace pensar que logré mi cometido. La sola idea de que allá, del otro lado del mundo, un pensamiento haya surgido a partir de lo que escribí, me satisface.

      ¡Ojalá algún día ya no sean garabatos! Espero seguir escribiendo y seguir leyéndote. Abrazo transoceánico.

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  2. Amada Ansel: Me alegro tanto verte escribir y andar por ese mundo inexistente de los sueños hechos palabras, el grandioso mundo de la literatura que tiene la magia de transportarnos. Está muy bien tu corta historia y el título completa todo el enigma suscitado en la narración.

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